Colección: Acerca de la anemia en detalle

La anemia es una afección médica que se caracteriza por una deficiencia en la cantidad o calidad de glóbulos rojos (GR) o una reducción en la cantidad de hemoglobina que contienen. La hemoglobina es la proteína rica en hierro presente en los glóbulos rojos, que se une al oxígeno en los pulmones y lo transporta a los tejidos de todo el cuerpo. Cuando hay muy pocos glóbulos rojos o una cantidad insuficiente de hemoglobina, los órganos y tejidos del cuerpo pueden no recibir suficiente oxígeno, lo que provoca fatiga, debilidad y otros síntomas. 

La anemia no es una sola enfermedad, sino un conjunto de afecciones que afectan a los glóbulos rojos. Puede ser de leve a grave y puede ser temporal o crónica, según su causa subyacente. 

Causas principales de la anemia  

Hay más de 400 tipos identificados de anemia, y generalmente se clasifican en tres grandes categorías según su causa: 

1. Anemia causada por pérdida de sangre  

Este tipo de anemia se debe a un sangrado excesivo, que reduce la cantidad de glóbulos rojos en circulación. La pérdida de sangre puede ocurrir rápidamente (aguda) o lentamente (crónica). Las causas comunes incluyen: 

- Períodos menstruales abundantes 
- Sangrado gastrointestinal debido a úlceras, hemorroides, gastritis o cánceres. 
- Lesión o cirugía 
- Donación frecuente de sangre 
- Hemorragia interna, a veces inadvertida, especialmente en el tracto digestivo. 

Con el tiempo, la pérdida crónica de sangre agota las reservas de hierro del cuerpo, lo que provoca anemia por deficiencia de hierro, la forma más común de anemia. 

2. Anemia causada por producción disminuida o defectuosa de glóbulos rojos  

En este tipo, el cuerpo no produce suficientes glóbulos rojos, o los que produce son anormales y no pueden funcionar correctamente. Esto puede deberse a: 

- Deficiencias nutricionales, como falta de hierro, vitamina B12 o folato. 
- Trastornos de la médula ósea, incluida la anemia aplásica y los síndromes mielodisplásicos. 
- Enfermedades crónicas, como enfermedad renal o cáncer. 
- Enfermedades genéticas, como la talasemia. 
- Desequilibrios hormonales, como la reducción de la producción de eritropoyetina. 

Esta categoría también incluye la anemia por enfermedad crónica, donde la inflamación interfiere con la capacidad del cuerpo para utilizar el hierro de manera efectiva. 

3. Anemia causada por la destrucción de glóbulos rojos (anemia hemolítica)  

En la anemia hemolítica, los glóbulos rojos se destruyen más rápido de lo que la médula ósea puede reponerlos. Esta destrucción puede deberse a: 

- Enfermedades autoinmunes 
- Trastornos genéticos, como la anemia de células falciformes. 
- Infecciones, incluida la malaria 
- Exposición a ciertas drogas o toxinas 
- Válvulas cardíacas artificiales 

Este tipo de anemia puede provocar ictericia y agrandamiento del bazo debido a la descomposición de la hemoglobina y al aumento de la eliminación de células dañadas. 

Síntomas de anemia  

Si bien los síntomas varían según la gravedad y el tipo de anemia, los signos comunes incluyen: 

- Fatiga o falta de energía 
- Piel pálida o amarillenta 
- Dificultad para respirar 
- Mareos o aturdimiento 
- Latidos cardíacos rápidos o irregulares 
- Manos y pies fríos 
- Dolores de cabeza 
- Dolor en el pecho (en casos graves) 

Diagnóstico y tratamiento  

La anemia generalmente se diagnostica mediante análisis de sangre, como: 

- Hemograma completo 
- Niveles de hemoglobina y hematocrito 
- Estudios de hierro 
- Niveles de vitamina B12 y folato 
- Recuento de reticulocitos 
- Frotis de sangre periférica 
- Biopsia de médula ósea (en algunos casos) 

El tratamiento depende de la causa y puede incluir: 

- Suplementos de hierro o vitaminas 
- Cambios en la dieta 
- Medicamentos para tratar afecciones subyacentes. 
- Transfusiones de sangre 
- Trasplante de médula ósea (para determinadas afecciones)